Santiago Paulino, Luis Pérez y Carlos Negrín tienen más de una cosa en común: trabajadores, ganaderos, emprendedores, productores de leche de la mejor calidad y, lo que más les satisface, saber que su gran responsabilidad está en mantenerse como entes productivos responsables de ofrecer uno de los principales alimentos de los dominicanos: la leche.
Este 1 de junio se celebra en todo el mundo el Día Mundial de la Leche, fecha declarada en 2001 por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). República Dominicana ha asumido esta celebración por todo lo alto. El Grupo Rica, no sólo como la principal empresa lechera del país, ha asumido el compromiso, por más de medio siglo, de servir como canal eficiente entre los productores y los consumidores. Su apuesta por la calidad en base a la utilización de la última tecnología de ordeño, pero además con la mejora genética continua, le han merecido el reconocimiento de miles de ganaderos a nivel nacional.
El empresario ganadero Santiago Paulino está entre quienes piensan que la experiencia no se improvisa y la sabiduría se adquiere con tiempo, paciencia y disposición a aprender. Esta es la historia de un trabajador ejemplar que se esfuerza, permanentemente, por mantener una producción de mucha calidad en su finca y brindar a Grupo Corporativo Rica la mejor materia prima fruto del campo dominicano
La provincia Duarte se caracteriza por su gran vocación agrícola y ganadera. Es reconocida, entre otras cosas, por la producción de cacao, por lo extensos arrozales y por las excelentes fincas ganaderas destinadas tanto a la producción cárnica como de ganado lechero. Un ejemplo de las fincas de producción de ganado lechero es la de Santiago Paulino, quien se siente orgulloso de su labor, actividad gremial y su vinculación con el Grupo Corporativo Rica.
Paulino cuenta que procede de una familia humilde, a la que el constante esfuerzo y sacrificio les ha permitido ir superándose. “En 1959 compré las dos primeras vacas; la primera a una señora que se llamaba Pilar, y la otra a un señor llamado Joselyn. Las dos vacas estaban recién paridas. En ese tiempo se compraban vacas a RD$10.00 por botella de leche producida. Si la cada daba diez botellas, entonces constaba RD$100.00 y se vendía siempre con su becerro”, narra.
Paulino recuerda que en el terreno en el cual comenzaron a mediados de 1959 tenía alrededor de 10 tareas sembradas de “pangolita”, una variedad de pasto para el ganado, mientras que en la actualidad siempre estrella y otras gramas que son mejoradas.
Explica que gracias al trabajo que realizaba puso una pequeña bodega en la que invirtió RD$800 en aquella época, y de ese emprendimiento fue saliendo, poco a poco, lo que ha alcanzado a tener.
“Gracias a esta bodega y por el trabajo de ventas nos fuimos relacionando y conociendo a mucha gente. Me inicié joven, soltero, prácticamente sin dinero, pero con unas ganas enormes de progresar. A partir de ahí comenzaron las relaciones con el Banco Agrícola, y en un inicio tomaba préstamos prendarios de RD$200.00, RD$250.00 y RD$400.00. Así era en esos tiempos. Después comenzamos a vender leche al pueblo y estos nos exigía tener el producto listo temprano en la mañana, pues a las 7:00 de la mañana la gente salía al trabajo o se van los niños a la escuela, lo que nos exigía cumplir con un horario”, explica Paulino.
Recuerda que vendía la botella de leche a ocho centavos y luego, cuando según él venían los tiempos buenos, el precio subía a diez centavos. Cuenta que fue a través de la Asociación de Ganaderos, en 1974, cuando establece los primeros contactos con Rica. Cuenta que tras iniciar las relaciones comerciales con la empresa lechera le fue suministrado un tanque de almacenamiento para ir pagándolo en cuotas. “Desde esa época he permanecido vinculado con Grupo Rica. Nos hemos llevado muy bien y hemos realizado muchas y muy positivas transformaciones en esta finca”, explica.
Paulino, entre los miembros fundadores de la Asociación de Ganaderos y de la Cooperativa Agropecuaria de Servicios Múltiples del Nordeste (Coopenor), ha demostrado que sabe conducir su producción con gran calidad y aliarse con quienes caminan a su paso y buscar siempre lo mejor.
“Tengo una larga experiencia de trabajo junto a Rica y cuando un ganadero me comenta que en Rica tienen mucha experiencia, yo les comento y trato de que entiendan la Rica es una escuela de la que se aprende a hacer las cosas bien y con gran calidad”, narra.
Agradece a Rica seguir siendo un ganadero exitoso y porque le dan fuerza para seguir. Dice que gracias a la empresa leche ha crecido y aprendido a hacer las cosas bien hechas, lo que ayuda a progresar de manera conjunta. Afirma que la exigencia que Grupo Rica tiene por la calidad de la leche recogida en finca es muy alta, y que solamente se puede dar respuesta a este requerimiento porque los ganaderos han moldeado y educado a su equipo humano para un trabajo riguroso a la par de tener la última tecnología en maquinaria.
Paulino cuenta que, desde siempre, Rica ha trazado pautas en torno a la calidad de la leche que ellos recogen en las fincas y que existe un sistema de control muy riguroso de parte de la empresa, razón por la que los ganaderos han elevado las exigencias de limpieza y manejo de su ganado para dar la talla de frente a este requerimiento.
Aclara, con respecto a las exigencias que hace Rica a los ganaderos en finca, que en vez de criticar lo que se debe hacer es elogiar, pues sólo piden la producción sea limpia y sin bacterias. Explica que entre los requerimientos está el de utilizar un filtro por cada ordeño, además de lavar bien las vacas y cuidar las ubres.
“Para obtener buena leche hay que usar agua bien caliente para la limpieza, así como buenos bactericidas para lavar el tanque, las tuberías y todo el equipo. También hay que tener un buen sistema de enfriamiento para que la leche se conserve bien y no haya bacterias”, indica.
Reconoce que la tecnología juega un papel preponderante en el desarrollo de la industria láctea, aportando transformaciones importantes al sector agropecuario que se ha traducido en mayor eficiencia. “Comenzamos a usar equipos de ordeño en 1987, pues lo hacíamos manual porque antes no había facilidades. El primer sistema que utilizamos era sólo de cuatro puntos de ordeño, luego pasamos a uno de seis y en la actualidad tenemos uno de ocho”, explica Paulino.
Trayectoria de liderazgo y compromiso
En las lomas que se internan en la sureña provincia Azua, a unos cuantos kilómetros de la comunidad de Padre de las Casas, se localiza una productiva finca propiedad de un ganadero poseedor de una larga tradición vinculada a la labor agropecuaria y que ha impuesto su mística de trabajo. Se trata de Luis Pérez, un hombre menudo, de trato afable que está siempre presente en el quehacer de su finca. Se ha convertido en todo un referente de producción para el Grupo Rica.
“Me inicié con mi padre, quien era comerciante de frutos. Él salía a los campos a comprar habichuelas, maíz y otros productos con los que se iba a Santo Domingo y Santiago a vender. Además, él era agricultor, por lo que también los cultivaba”, narra.
Explica que con el tiempo optó por trabajar en la ganadería de carne, lo cual hizo cuando se independizó, iniciándose en la comunidad de Agua Amarga, donde también cultivó ajíes, maíz y otros rubros en 1982.
Según cuenta, su padre le regaló una becerra que soltó en la parte alta de la finca en donde no tenía sistemas ni riego. Indica que allí comenzó a reproducirse y con eso optó por comprar nuevos animales para ser el ganadero que es hasta la fecha. “Creo que terminaré siendo ganadero si Dios quiere”, expresa.
Al contar cómo fue aquel proceso de iniciar con una sola vaca, Pérez reconoce que el trabajo ha sido duro, ya que es una tarea del día a día. Afirma que, sin duda, la labor es ardua y exigente, pues detrás de lo que ellos hacen no sólo hay obreros, sino que son personas comprometidas con la calidad para lograr que las cosas salgan bien.
Dice que mientras muchos se quejan por el trabajo de la ganadería y la agricultura, él siente satisfecho porque contrario a los tiempos en los que andaba comprando y vendiendo frutos, con la producción de leche ha logrado establecerse, ha hecho su vida, educado hijos y ha sacado su familia adelante. Cuenta que vive de la actividad sin tener esos grandes problemas económicos que a veces escucha en otras personas.
“Tenemos cerca de 200 cabezas de ganado, entre grandes y pequeñas. No tengo un número exacto, puesto que comercializamos también el ganado de leche. En producción actualmente contamos con unas 75 vacas, las cuales se ordeñan en un proceso mecánico con una máquina de seis puntos, es decir, que de manera simultánea son ordeñadas seis vacas”, cuenta.
En cuanto a los factores que son necesario para obtener una leche de calidad, Pérez dice que la higiene es fundamental, tanto en los utensilios como en el ganado y las ubres. Respecto a la alimentación, dice que le da malta ligada con maíz, paja de tomate y guandules, así como pasto del que siembran en la finca.
“Lo primero, además, es darle una buena alimentación a las vacas para que estas se mantengan con una salud adecuada para que de esta manera tengan una buena producción. De ahí entramos al ordeño, un trabajo que requiere y exige ser cuidadosos”, indica.
En lo que respecta a su vinculación con Rica, Pérez explica que lo está cuando la empresa reanudó la ruta hacia el Sur en 2002 cuando él era presidente de la Asociación de Ganaderos del Sur “A través del Consejo Nacional para la Competitividad de la Industria Lechera (Conaleche) conversamos con don Virgilio Brache y así optaron por reiniciar esta ruta y desde entonces estamos vendiéndole nuestra producción Rica”, recuerda.
Refiere que fue a Julio Brache a quien le compró su primer padrote, con quien se relacionó a través de las celebraciones de las ferias ganaderas. Recuerda que en esos años ese ejemplar lo costó RD$800.00 y que, para ese entonces, fue alto el precio. Valora la relación que ha mantenido con la empresa Rica porque le ha ayudado a crecer como ganadero.